Historica

miércoles, octubre 12, 2005

El nacionalismo español

Se dice que el motín de Esquilache fue la primera manifestación nacionalista del pueblo español, o al menos madrileño. El pueblo de Madrid se levanta contra la orden del Marqués de Esquilache, ministro de Carlos III, al prohibir, por motivos de seguridad, los sombreros de ala ancha y las capas de largo embozo. Esquilache, ilustrado, quería modernizar el país.
En la capital el motín estalló en Semana Santa, el 23 de marzo de 1766, los sublevados saquearon la residencia del ministro Esquilache bajo el grito de ¡Muera Esquilache.! Fueron producidos por causas profundas (carestías, subidas de precios, xenofobia contra gobernantes extranjeros); el desencadenante fue la aplicación drástica de reformas en el uso de las capas y los sombreros.
La invasión napoleónica de la península provocó que el pueblo reaccionara frente al invasor extranjero. También Napoleón modernizaba el país frente a la pretensión de mantener el Antiguo Régimen de Carlos IV y del futuro rey, su hijo, Fernando VII.
Estos hechos se producen en el contexto de revolución burguesa en Europa, revolución que intenta introducir el liberalismo económico, social, político y cultural.

Para aprender más

Aquí dos páginas muy interesantes para aprender alemán y para ver como se nos ve desde otra cultura:

Aprende alemán on-line y España-online (Para alemanes)

En principio decir que Beethoven, un romántico alemán que recibió la herencia del pensamiento ilustrado-Aufklarung-, escribió la 9ª Sinfonía, Himno de la Alegría, que hoy es el Himno de Europa. La 3ª Sinfonía se la dedicó a Napoleón. En la letra se puede ver el afan de universalismo y de unidad del ser humano (en alemán y traducida al castellano:

Si quieres oirla entra aquí

El Himno de la Alegría (En alemán y español)

Freude schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium.
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
was die Mode streng geteilt.
Alle Menschen werden Brüder,
wo dein sanfter Flügel weilt.

¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija de Eliseo!
¡Ebrios de entusiasmo nos encontramos,
diosa celestial, en tu santuario!
Tu hechizo une de nuevo
lo que la severa costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.




Nacionalismo, modernidad y postmodernidad

El nacionalismo, fenómeno de naturaleza específicamente política, pero de incuestionables implicaciones socio-culturales, parece adoptar un decidido protagonismo en este complejo y desconcertante principio de siglo. Para muchos, el resurgir exaltado de los particularismos étnico-lingüísticos, constituye un incomprensible anacronismo histórico en directa contradicción con las tendencias homogeneizadoras y mundializadoras del momento presente.

Sin embargo, en el otro extremo, existe la tentación de interpretar esta especie de renacimiento de las identidades nacionalistas como una firme alternativa ideológica al vacío dejado por la crisis de la modernidad.

Desde esa posición, el nacionalismo representa en sí la verdadera articulación de una reacción local, bien definida en términos culturales, a los flujos del desarraigo globalizador de los intercambios sociales transfronterizos (movimientos migratorios masivos) que recorren el planeta. Estos, en su multiplicación acelerada, se conciben, pues, como una seria amenaza para la integridad y la identidad del sujeto.

Modernidad y Posmodernidad

La Modernidad

Para entender la posmodernidad hay que describir primero que es la modernidad. Nadie duda que el presente está marcado por ella, que los valores que guían al ser humano sufrieron una profunda transformación con el paso del Antiguo Régimen a la modernidad. La modernidad se basa en los principios de la Ilustración del siglo XVIII. La educación, la razón, estaban en la base de la felicidad y el bienestar.

En un famoso escrito un gran pensador creyó que la modernidad a través del fenómeno de la ilustración nos podía conducir, a cada cual, individualmente, a la mayoría de edad, también advirtió que la culpabilidad, en caso de no lograrlo, en caso de quedarnos anclados en la minoría de edad moral, recaería sobre nuestras espaldas.

La posmodernidad

Hoy en día la modernidad está siendo derrotada por el momento posmoderno, la mayoría de edad no fue más que una ilusión, cada día más lejana e inalcanzable. La crisis comenzó con el Mayo Francés de 1968. El fracaso del movimiento y la caída de los regímenes socialistas, tuvieron como consecuencia la pérdida de prestigio del racionalismo.

La posmodernidad no es más que la vuelta al estado premoderno, y si se le denomina posmodernismo es porque sucede a la etapa moderna. Lo realmente singular de este asunto radica en que la modernidad y sus valores van a desaparecer sin llegar a consumarse ¿Cómo puede estar en crisis lo que todavía no ha sucedido? . La razón, el arma de la modernidad se ve superada en el tiempo, esto es, derrotada, sin llegar a realizarse, para ser sustituida por
la sinrazón guiada por el egoísmo de los que ostentan alguna forma de poder.

Kant, miembro de la Aufklarung (Nombre alemán de la Ilustración), decía: "obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio". Esta sería la meta de la modernidad, lograr un orden social donde toda relación humana tuviera como finalidad precisamente esta relación, y no considerar la sociedad como un medio para conseguir otros fines.

La posmodernidad niega que la razón humana pueda triunfar.Vivimos en un mundo de avaricia del nuevo género de liberales posmodernos y de resignación de la masa social. Izquierda y derecha asumen en la práctica los principios de la posmodernidad.

En los siglos XIX los liberales y en el siglo XX la socialdemocracia aceptaron los principios de la Ilustración sobre los que se basó la democracia y el desarrollo tecnológico y científico.