Historica

jueves, marzo 09, 2006

EJERCICIOS

Ejercicios de agricultura

SABINO ARANA



Una mañana de 1882 cuando paseaba por el jardín de su casa junto a su hermano Luis, éste le convence para que abandone el ideal carlista que entonces abrazaba. Le animó a conocer la verdadera historia del pueblo vasco. "Estudia nuestro pueblo, Sabino –le dijo–; estudia su historia, estudia eso que llaman nuestros Fueros".
Mediante la creación de un mito, el de la raza distinta y portadora de todas las cualidades positivas, apoyándose en símbolos como la lengua, la religión o las costumbres, y utilizando diferentes estrategias retóricas, pretende lograr, como es propio en el político, la persuasión del destinatario y la adhesión a su causa.

Aunque todos sus discursos (especialmente los más tempranos) se apoyan en la fuerza del mito, tomaremos como ejemplos frases del discurso “La ceguera de los bizkainos” (1894), que apareció en el número 15 de Bizkaitarra (revista fundada por el propio Sabino Arana). En este discurso, el político ofrece la visión que el nacionalismo vasco tenía del resto de fuerzas políticas existentes en Hegoalde (País Vasco Sur o peninsular) y, más concretamente, en la provincia de Bizkaia (también Vizcaya o Bizcaya), a las que define en conjunto como “españolistas”.

Distingue dos grupos opuestos: el católico (formado por carlistas, integristas y fueristas), y el liberal (compuesto por republicanos y monárquicos). A este último grupo dedica poca atención, pues considera que eran muy escasos los bizkainos (vizcaínos) adscritos al mismo, aunque sí tenía importancia entre los inmigrantes. Estos inmigrantes eran considerados, en su mayoría, republicanos, y el resto, monárquicos, socialistas o anarquistas.

Durante toda su actividad política encontramos una constante: dirigirse siempre a los grupos y sectores que más próximos podían hallarse a sus planteamientos para conseguir integrarlos en el nacionalismo vasco.
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